miércoles, 15 de septiembre de 2010

ADIÓS A UN CABALLERO DEL JUDO

Hoy el judo está de luto. Acaba de perder a todo un señor, tanto en el tatami como fuera de él. Se trata de Fernando Reyero, mi MAESTRO. Y tengo el orgullo de escribirlo así, en mayúsculas. Me enseñó muchas cosas y tengo tanto que agradecerle que no acabaría nunca. Y no solo aprendí con él la técnica de nuestro deporte, si no a amarlo y transmitirlo. Hoy me siento huérfano.

El cáncer se lo ha llevado, sin compasión. Tenía 68 años, se había jubilado y residía en una tranquila población, a la cual se había retirado huyendo del tumulto de la gran ciudad. Lo conocí en el año 1.976. Durante mi primera clase de judo, en un pequeño club de Badalona llamado Judo Mifune, me enteré que al día siguiente llegaría un nuevo profesor. Campeón de España de pesos semimedios, y 4 veces campeón por equipos de Club con el Judo Barcelona de Henri Birnbaum. Estuve unos años entrenando en aquel club, hasta que un día me comunicó que se marchaba a Barcelona, al Gimnasio Yawara (en aquella época Yawara-2). Me propuso de ir con el para ser su ayudante como profesor. Aquella oferta me llenó de entusiasmo, y así es como comencé mi etapa de profesor. Posteriormente me saqué los títulos correspondientes y así hasta hoy.

Hacía años que estaba bastante desconectado del mundo de la competición. No le gustaba la manera de hacer, con competidores agachados, y sin apenas posibilidades de trabajar ne-waza. Él siempre se había caracterizado por su postura erguida, con desplazamientos circulares y proyecciones de una limpieza inigualable. Sus tokui-waza fueron: okuri-ashi-barai, uchi-mata, o-uchi-gari y tai-otoshi. Cuando lanzaba la pierna izquierda para barrer en okuri, y no lo conseguía, encadenaba con ashi-guruma. A todo ello, se unía una gran eficacia en el trabajo de suelo. Era espectacular. En el año 1.985, se encargó del equipo nacional masculino absoluto, sustituyendo al anterior seleccionador, el maestro Lee Young. Pero no duró demasiado tiempo. Quería que todos trabajaran como él, con su postura inigualable…y era eso…inigualable.

Con los cambios en el reglamento que prohíben agarrar piernas, se vuelve otra vez al judo tradicional de antes. Esto le hubiera gustado. Recuerdo que hace pocos días, hablé con él por teléfono. Le comenté que ahora le volvería a gustar la manera de competir actual, y parecía entusiasmado. Quedamos en vernos dentro de unos días para comer juntos, y ponerle al corriente de estos cambios, pero…He llegado tarde.

Nuestras conversaciones telefónicas eran muy largas, pues quería enterarse de todos los acontecimientos. No se conectaba casi nunca a Internet, y prefería que se lo contara yo. Pero cuando teníamos que vernos, siempre había alguna excusa para posponerlo. Yo no insistía, pues imaginaba que físicamente no estaría al 100 %, y en una persona como Ferrán, que siempre se ha cuidado y mantenía un físico impecable, era un factor muy a tener en cuenta.

Podría contar infinidad de anécdotas, que ahora mismo revolotean en mi cabeza. Pero de momento las guardo para mí. Al menos, si Ferrán se ha ido, siempre estará en mi pensamiento.

DESCANSE EN PAZ.

JOAN MARCUAL 27-8-2.010

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola a todos:
Lamento el fallecimiento del sensei.
Yo también fuí alumno del sensei Reyero en el Mifune de Badalona.
Yo era un crío, (soy del 63), pero era un profesor estupendo.
En su honor saludo a todos.