viernes, 28 de mayo de 2010

Reflexiones de un profesor: José Angel Guedea

Reflexiones de un profesor. Por José Ángel Guedea Adiego.


La liga de Madrid.

Desconozco la historia de la liga de Madrid. No se cuando se inició, ni cuales fueron sus objetivos y pretensiones iniciales ni tampoco como se fue consolidando.

Mi conocimiento se reduce a hace cinco años cuando un grupo de alumnos me expusieron su interés en participar. Al enterarme de que suponía varias fases y distintos viajes a Madrid, desconfiando de la euforia del momento y de que fueran capaces de cumplir, les dije que apoyaría lo que hicieran pero que yo, que en aquel tiempo estaba viajando bastante con el equipo júnior, no quería asumir ningún otro tipo de compromiso y responsabilidad de la que luego tener que responder.

Que tramitaran su inscripción y que se responsabilizaran de diseñar el equipo, de alinear el equipo en cada ocasión y de cumplir con sus viajes. Que yo les acompañaría siempre que pudiera, pero dejando claro que no iba a dar la cara por ellos si no cumplían.

Se pusieron en acción y todos se implicaron. Gestionaron sus “sponsors”, fueron más serios en el momento de acudir a los entrenamientos y esperaban con ilusión la fecha de la liga. Tengo que reconocer, que a mi me sorprendió la actitud, las ganas y decir que la participación en la liga fue positiva para todos. Disputaron la fase de ascenso, resultaron subcampeones y ascendieron a segunda división.

Los años siguientes la tónica fue similar y cada año ascendieron, hasta llegar a división de honor. El año que participaron en división de honor, se clasificaron en la franja del descenso. Con la reestructuración de la liga con solo dos divisiones y con la posibilidad de unirse dos clubes y realizar fichajes, se nos propuso militar en primera. Asumiendo nuestro nivel y teniendo claro nuestros objetivos y prioridades decidimos permanecer y probar la segunda división en estas condiciones.

En segunda división de esta nueva versión, el equipo en la liga ha hecho un papel digno y ha resultado quinto a un puesto del ascenso.

Y después de exponer este resumen de nuestra participación en la liga de Madrid ahora toca analizar lo que ha supuesto la participación en la liga..

La liga de Madrid, tal como ha estado montada hasta ahora, a nosotros (ahora un club de “a pie” sin competidores punteros), nos ha servido para tener un objetivo de competición periódico de un nivel asequible, nada que ver con los actuales campeonatos de España donde pasar el sector en cualquier categoría ya nos supone un triunfo.

Ya he indicado que no conozco los principios ni los objetivos que se planteó la liga de Madrid en sus comienzos. Lo que si puedo decir es que con tres divisiones, división de honor y la liga juvenil, todos los clubes de España, hasta los más modestos tenían y hemos tenido cabida.

Que cada fin de semana que tocaba competir, en el Pabellón Exterior de Consejo, se han juntado cientos de judokas de toda España de distintos niveles, para algún judoka “su competición más importante” y todos han competido, y el ambiente de equipo que se ha formado seguro ha sido positivo para los judokas, para los clubes y para el Judo.

Que el esfuerzo que ha hecho y que hace de organización la federación madrileña alineando a sus federativos, árbitros, cronos y médicos es innegable.

Este año ya, y a partir de ahora será más evidente, que en la liga de Madrid los clubes de “a pie” vamos a quedar relegados. Los judokas punteros de cada club pasaran, algunos ya han pasado, a formar parte de clubes más compactos que los necesitan.

De alguna manera la filosofía de la liga ha cambiado. Esta temporada ya han sido raros los equipos que solo alineaban judokas de su club. Los clubes que han ganado han sido mezclas o tenían “fichajes”.

Lejos quedan los años 1994 y 1995 en que Aragón resultó por dos veces campeón de España por Autonomías, siendo todos los componentes del equipo del mismo club. Eran otros tiempos, nos creció una camada envidiable de judokas que también obtenían resultados individuales y Aragón en esa década y a la sombra de ese equipo tuvo los mejores resultados de su historia.

Ahora es el grupo de Binefar y algún caso aislado donde aparecen, como diría algún político, “brotes verdes” que presagian una nueva etapa de resultados.

A parte del hecho de realizar combates en un ambiente distendido, una variable que se analiza en cualquier proceso de evaluación psicológica es el de cohesión de equipo y este es uno de los factores que hasta ahora ha favorecido la liga de Madrid y normalmente propician todas las competiciones por equipos.

Hablando en la última jornada de la liga con Vicente Cepeda, personaje incombustible del panorama nacional, al que he tratado con mayor frecuencia en mi periodo con el equipo júnior, y al que pienso que siempre es interesante escuchar, me indicaba que hablase con “quien tuviera que hablar” y me asociara o juntara con otro club para tener un equipo más competitivo.

Es una opción. No dudo que sería más competitivo, pero no sería el equipo del club. No sería el equipo formado por los judokas que se han formado juntos y que se entrenan juntos todos los días. No digo que no pudiese llegar a ser un buen grupo de amigos que se entrenasen juntos con cierta periodicidad y me consta que sería la manera de poder competir en la liga actual.

Como alguna vez ya he comentado a mí me cuesta asimilar y asumir los cambios. La liga de Madrid era la competición donde tenían y teníamos cabida todos los judokas y todos los clubes, desde los más potentes hasta los más modestos. Pienso que esta ha sido su mejor función.

Ahora no se si ha sido para participar en un campeonato europeo de clubes o porqué motivo se ha cambiado la estructura y si se quiere ser competitivo hay que hacer fichajes como en el fútbol. La filosofía de la liga ha cambiado. No tiene sentido enfrentar un grupo de judokas de club a una selección de campeones. Ahora es impensable participar con un grupo de club.

De todas formas, teniendo en cuenta el éxito de esta competición por equipos, en cuanto a equipos participantes en estos últimos años, y manteniendo esta, no estaría de más pensar en la posibilidad de instaurar dentro de este mismo formato el campeonato de España por equipos de autonomías.

Diecisiete equipos formados por judokas de cada autonomía, todos contra todos, en tres o cuatro fases y sin complicarse mucho la vida para organizarlo: Pabellón Exterior del Consejo, sábados por la tarde y un árbitro por autonomía que se desplaza con el equipo.

Esto propiciaría la cohesión de equipo dentro cada autonomía y mantendría la motivación por la competición a muchos judokas que no son medallistas en los campeonatos de España individuales y que por equipos tienen su oportunidad.

Posiblemente el cambio realizado en la liga de Madrid sea el futuro para subir el nivel y participar en Europa… quizá haya que realizar fichajes… puede ser, pero la liga de clubes donde cabíamos todos hasta ahora… era la liga de Madrid.